miércoles, 22 de mayo de 2013

Tolerancia

Hoy vengo a hablar de algo que me repatea. Y ese algo es el uso indebido que hacen algunas personas de conceptos como libertad o tolerancia. 

Vayamos por partes. No hay cosa peor que no sentirse libre. O que te topes con un intolerante. Que no te engañen: por muy en el siglo XXI que vivamos, somos esclavos. Tal vez no en el sentido Kunta Kinte de la palabra, pero somos esclavos: del trabajo, de la hipoteca, del smartphone última generación... Y que tampoco te hagan el lío, por muy de modernos que vayan muchos por la vida, hay mucho retrógrado reaccionario suelto por ahí.

Pero bueno, que no es por ahí por donde quiero ir, que el párrafo anterior daría para un año entero de posts en el blog. Antes estaba leyendo el blog que Nuria Roca escribe y en el que se cuela a veces su marido, Juan del Val, como es el caso del día de hoy. Y el post de hoy trata de un tema, cuanto menos, delicado, que siempre genera polémica y que a mí, particularmente, me toca la fibra sensible: la tauromaquia. Podéis leerlo entero pinchando aquí

En mi opinión es un post de diez, aunque no me gustan los toros. Sin embargo, tampoco quiero hablar de eso. Lo que me ha llamado la atención y ha servido de inspiración para que actualice el blog ha sido un comentario al citado post, de alguien que defendía la tauromaquia alegando valores muy respetables como la cultura y la tradición, pero que al mismo tiempo no entendía a quienes presumen de tolerancia y aún así "persiguen" (es la palabra que usa) esta práctica. Y como con eso, mil ejemplos.

Es esa actitud la que me repatea, la de aquellos que, amparándose en la tolerancia, pretenden que los demás acepten como válidas opiniones, actitudes, pensamientos e incluso acciones apelando a que se es libre para hacer lo que se quiera, y si tú eres tan tolerante como dices, no te queda otra que respetar. ¡Es ridículo! Porque por esa regla de tres... yo puedo ser libre de cagarme en tu puta madre y tú si eres tolerante me tienes que respetar. 

Es muy difícil respetar opiniones contrarias a las que se tienen, y creo que es muy difícil porque siempre creemos que el otro está equivocado y tratamos de convencerlo para que cambie de opinión, y eso es un error. Si todos pensásemos igual, el mundo sería un coñazo. Hay que ser conscientes que, por mucho que creamos lo contrario, ni lo sabemos todo ni tenemos la verdad absoluta sobre nada. Es más, nada es  blanco o negro, y lo que a mí me puede parecer intolerable, puede tener un matiz o una perspectiva en la que no se había reparado.

2 comentarios:

  1. Ya que parece q al fin puedo ver mis opiniones (yeah) te voy a poner los comentarios que mas o menos recuerdo ;)
    Desde mi perspectiva "técnica" de la vida, para mí, tolerancia es el margen de error de algo, así que amiga pau, quizás podamos "tolerar" las opiniones de esa gente, que en su error nos ayudan a reafirmar nuestras opiniones ;)
    Por otra parte muy distinta, hace poco en el Facebook de alguien (lamentablemente no recuerdo quien) decía que él/ella no se consideraba tolerante, porque:
    -no toleraba el maltrato de un hombre a una mujer (añado niño/niña y sus viceversa respectivos)
    -no toleraba el maltrato animal
    -no toleraba la supremacía de una raza con respecto a otra...
    Eso me hizo replantearme algunas cosas, y aunque siempre me he considerado una persona comprensiva, creo que quizás no lo sea tanto.

    ResponderEliminar
  2. Entonces la pregunta es otra: ¿Hay que respetar absolutamente TODO? ¿Hay que respetar que se maltrate a otras personas o animales, o se cometan injusticias con otro ser humano solo porque sea de otra raza? Yo creo que no ¿Y por eso dejo de ser tolerante? Yo creo que no, cuando atenta contra el bienestar de otro ser vivo.

    ResponderEliminar