martes, 16 de julio de 2013

Los pecados capitales de la lectura

Con cuerpo y mente más sosegadas y con mentalidad veranil cien por cien, vuelvo a la carga con un curioso test que ha sacado de Prooofeee, el blog de ro, el cual recomiendo a todos porque es súper ameno de leer. Pues nada, allá voy.

AVARICIA. ¿CUÁL ES TU LIBRO MÁS CARO Y MÁS BARATO?

La verdad que no suelo comprar libros caros. Es más, hace dos años, los Reyes me trajeron un libro electrónico y desde entonces, apenas he gastado un euro en libros... tengo una edición chulísima de Alicia en el País de las Maravillas, con ilustraciones del mismísimo Lewis Carroll, a la que tengo mucho cariño.

IRA. ¿CON QUÉ AUTOR MANTIENES UNA RELACIÓN AMOR-ODIO?

Con Paulo Coelho. Apenas he leído nada suyo, pero es que me resulta pelín cansino. Reconozco que soy algo rara en lo a que lectura se refiere, pero no puedo con esos libros en los que se tiran tres páginas para describirte un paisaje, una idea o una emoción. Yo necesito que haya agilidad, diálogo y acción, por DioR, acción.

GULA. ¿QUÉ LIBRO DEVORAS UNA Y OTRA VEZ?

Creo que mi libro favorito es El corazón helado, de Almudena Grandes. Es una historia dura y compleja, pero está narrada de una manera brutal, bajo mi punto de vista. Combina de una forma excelente tanto flashbacks como pasajes actuales, y además narra la postguerra española desde un punto de vista diferente y nada manido.

PEREZA. ¿QUÉ LIBRO NO HAS LEÍDO POR FLOJERA?

El Quijote. Lo siento, pero no puedo. Es pensar en molinos, escuderos, Dulcineas y gigantes y me salen granitos. No puedo. Además, es que tampoco quiero. Quizás si alguien que lo haya leído me lo explicase y me enseñase a apreciarlo, sería otra cosa, pero de momento... no.
ORGULLO. ¿DE QUÉ LIBRO HABLAS PARA PARECER INTELECTUAL?

En segundo de carrera, tuve que leerme Rebelión en la granja, de George Orwell en versión original. La verdad que en su momento no me gustó nada porque aunque adoro leer, odio que me impongan QUÉ leer, así que aquella no fue una excepción, pero ahora pienso que debería darle otra oportunidad, en castellano a ser posible, para poder apreciar todos los matices ya que es una crítica muy dura a la sociedad. Y es que, anda que no queda chulesco lo de "nah, es que yo leí Animal Farm en V.O..."


LUJURIA. ¿QUÉ ENCUENTRAS ATRACTIVO EN UN PERSONAJE?

Creo que lo mismo que en la vida real. Que me sorprenda, que tenga carisma, que sea mordaz e inteligente, que tenga conversación y una personalidad arrolladora. Ahora mismo se me viene a la cabeza Fermín, el amigo del protagonista de La sombra del viento. ¡Me encantó! 


ENVIDIA. ¿QUÉ LIBRO TE GUSTARÍA RECIBIR COMO REGALO?

Pues... sacando a la luz mi lado más friki, me encantaría cualquier original de la saga Harry Potter, dedicado y firmado por JK Rowling. Es más, si tuviera la oportunidad de charlar con ella un rato sobre la historia del mago más famoso de los últimos tiempos, sería un sueño cumplido, la verdad.


lunes, 1 de julio de 2013

Soy maestra

Para ser maestro hay que estudiar Bachillerato y una carrera de tres años. Normalmente, eso ya es suficiente para acceder al mundo laboral, pero cuando decides ser maestro sabes que lo más probable es que tengas que prepararte unas oposiciones, que en mi caso, llevan siendo el centro de mi vida más de seis meses. Puede parecer poco tiempo, (¿Qué son seis meses comparados con la magnitud de Universo? pero por favor, imagínate un segundo lo que es levantarse día tras día, de lunes a domingo, sin dedicarte ni a tu familia ni amigos... solo a estudiar para algo que no sabes si tendra sus frutos o no. 

Si hay suerte y puedo empezar a trabajar, tendré que mudarme a un sitio a 200 km de mi casa en el que no conozco a nadie para empezar de cero. Tendré que lidiar con unos compañeros y un director que puede que esté en mi misma onda o puede que no, y entonces tendremos que aprender a dejar nuestras diferencias a un lado y coordinarme con ellos por el bien de todos mis alumnos... ¡Mis alumnos! En un mundo ideal tendrían todos la misma edad, el mismo nivel cognitivo, los mismos intereses, las mismas ambiciones y los mismos sueños. Así sería muy fácil enseñar. Sin embargo, no vivimos en un mundo ideal, y tendré que enfrentarme a una clase de hasta 25 personitas, cada una de su padre y de su madre. Puede que incluso haya alguno que acabe de llegar desde otro país y no sepa ni una palabra de castellano. O que tenga déficit de atención y te interrumpa cada dos minutos y comente cada una de tus palabras. O que sea violento y amenace con pegar a sus compañeros en el recreo. O que simplemente no le interese lo que yo les explico. Tendré que escurrirme la cabeza para pensar qué les voy enseñar, cómo se lo voy a enseñar y asegurarme de que aprenden. Y siempre con una sonrisa y con cariño, aún cuando tienes días en que todo te saca de quicio.



Es casi seguro que más de un niño no entienda mis explicaciones a la primera, y entonces tendré que averiguar si simplemente es un vago o hay algo más serio detrás, porque a lo mejor resulta que sus padres se acaban de separar y se tiran los trastos a la cabeza el uno al otro delante de su hijo, o su mamá está en el paro y viene al cole sin desayunar o con la misma ropa toda la semana. Además de que aprendan, tengo que enseñar a mis alumnos a pensar, a razonar, a distinguir lo que está bien de lo que está mal porque soy yo y mucha más gente como yo quien está educando a los ciudadanos que el día de mañana van a sostener este país, y entre otras cosas, pagar tu pensión. 

Cuando el cole acaba y los nenes se van a su casa, yo me reúno con mis compañeros, que puede que me caigan bien o puede que no, y comentamos qué tal nos ha ido el día para ver si hay algo que podamos hacer entre todos para que tal o cual alumno avance. Después de que mi tiempo en el colegio termine, me voy a mi casa con una pila de cuadernos y exámenes que corregir uno por uno y pasar las notas a limpio para que cuando llega el final del trimestre, pueda hacer un informe de todos y cada uno de mis niños y ponerles unas notas con las que algunos padres estarán de acuerdo, pero otros puede que no, y no dudarán en reunirse conmigo para poner en tela de juicio como hago o dejo de hacer mi trabajo.

Es frecuente oir a la gente quejarse que los niños de hoy en día no tienen educación, pero al mismo tiempo, la figura del maestro en este país está muy poco valorada, y normalmente, quienes más la desprestigian (con argumentos tan valiosos como "tenéis dos meses de vacaciones, así que no os quejéis) son aquellos que más lejos están del entorno escolar y son incapaces de hacerse una idea del día a día en un colegio.

Así que os pido por favor, que si alguna vez os vuelve a salir el tema de la que arregláis el mundo en un bar con los colegas, recordéis que los maestros lo son las 24 horas del dia los 365 dias del año y que al contrario que la mayoría, nuestra jornada no empieza y acaba en el colegio, sino que lleva mucho más trabajo detrás. Y que yo, personalmente, adoro mi trabajo y si volviera a nacer, sería maestra de nuevo.